martes, 8 de octubre de 2013

Pedro J. Mª Campuzano Gómez (MEMORIAS DE UNA VELO-SOLEX) - CAPÍTULO II

Capítulo II
Los años 60, la Década Prodigiosa
 
Como ya vimos anteriormente, nos encontramos a inicios de 1960 con un parque notable de VeloSolex en España. Fue el éxito entre los usuarios, quien que generó la exponencial difusión de la bicicleta motorizada por todos los rincones de la “piel de toro”. Ante ello, la Red de Servicios Técnicos Oficiales “VeloSolex Orbea” fue de inmediato implantada en toda España.
     En la Provincia de Santander ( hoy Cantabria ) la Red, quedó así: en Santander capital “Hnos López” y en Torrelavega “Deportes Bolado”. Presto fue, en el Valle de Buelna, el “Garaje Cossío” donde Nany oficiaba como Mecánico quien se hizo cargo de la venta, mantenimiento y conservación de tales ciclomotores. Quedaba así ya asegurado el Servicio, de VeloSolex, en toda la zona geográfica de influencia del Taller de Jesús Cossío.
 
     Era el bueno de Don Guillermo quien me instruía, respecto a las historias y aconteceres del Valle de Buelna. Por ello yo sabía que en el año 1955 Jesús Cossío –ya mecánico de profesión había alquilado a la “Vda de Minuto” el Garaje de Bicicletas que ella regentaba y gestionaba. Era en este pequeño taller donde Jesús se había formado. En él había trabajado de aprendiz siendo un chaval y allí era donde se había cualificado como mecánico de bicicletas, motos y automóviles.
     Por aquél entonces solamente había, en los Corrales de Buelna, dos sitios a donde acudir para reparar las numerosas bicicletas que rodaban por la zona muchas, pues la mayoría de los trabajadores del Valle acudían a sus Fábricas en bicicleta. Tales lugares eran: El Garaje Collantes y El Garaje Cossío. Pero era el de Cossío el taller que con más clientela contaba, dado el plantel de buenos mecánicos que allí ejercían: el citado Jesús Cossío, excelente Patrón y buen electro-mecánico; Nisio, muy buena persona, incansable trabajador y un profesional eficaz y polivalente; y nuestro querido Nany, ya entonces un experto técnico-mecánico en todo tipo de vehículo a motor, de los que rodaban por España. Eran estos tales valores y credenciales, quienes pesaron notablemente cuando los Distribuidores Oficiales de VeloSolex Orbea seleccionaron y adjudicaron los Talleres Oficiales, en la entonces provincia de Santander.
     Jesús Cossío, al hacerse cargo del Servicio Oficial VeloSolex Orbea, rápidamente equipó su taller de todos los dispositivos, utillajes y herramientas, necesarias para un total Servicio Técnico del ciclomotor. Además, contaba con una excelente documentación técnica y, reiteramos, con lo más importante: un excelente equipo de profesionales y a Nany como reconocido técnico-mecánico-especialista. Así que con la formación previa pertinente, por parte de Orbea, y todo el taller perfectamente equipado  (personas y medios ) la venta de VeloSolex se multiplicó por el Valle. Esto generó las correspondientes y frecuentes visitas al Garaje de Cossío, para las operaciones de mantenimiento y puestas a punto habituales.
 
     Entre todos los elementos auxiliares, necesarios para las reparaciones de las VeloSolex, el más importante por seguridad, ergonomía y comodidad era el Banco de Pruebas y Ensayos. Este medio permitía, sin necesidad de salir a la calle a rodar, arrancar el ciclomotor y realizar todas las reparaciones de manera limpia, ordenada y confortable para el mecánico. Sin el banco de pruebas las dificultades para las reparaciones serían notables, por ello la firma Orbea exigía a sus Talleres Oficiales, imperativamente, el Banco de Pruebas… además de un perfecto equipamiento estándar, como a continuación explicaremos. 
 

Banco de Pruebas, similar al del “Garaje Cossío / Nany”
Es una obviedad… pero solamente con el Banco no se podían reparar ni poner a punto nuestras bicicletas motorizadas, por tanto eran fundamentales otros elementos complementarios:
- Una buena Documentación Técnica.
- Herramientas apropiadas, para las distintas operaciones de desmontaje y montaje.
- Un Almacén de Piezas de Desgaste y Recambios, lo más surtido posible.
En cuanto a la documentación técnica –sin la cual no era posible realizar las reparaciones con rigor y según los protocolos de mantenimiento de la firma VeloSolex– es pertinente indicar que la Firma Orbea había suministrado, a su Red de Talleres Oficiales, un magnífico y completo Dossier Técnico. Este, estaba formado por los distintos despieces, tanto de la Bicicleta como del Motor. Las Nomenclaturas, de los distintos elementos y componentes del Ciclomotor, permitían una perfecta gestión de los recambios. Una Noticia Técnica específica –Manual de Reparación– completaba el soporte documental que precisaban los talleres.
Es de necesario subrayar que el hecho de bien equipar documentalmente, a los Talleres de VeloSolex, era una novedad en aquélla España donde aún no habíamos asumido la necesidad del rigor, permítanme decirlo, científico y la profesionalidad responsable en los talleres de reparación de bicicletas. Estos talleres hacían su trabajo con inventiva e imaginación, basados en las habilidades e improvisaciones de sus profesionales –generalmente aprendices que habían aprendido el oficio de sus abuelos o padres– pero carentes de los procedimientos, normas y metodologías que allende las fronteras ( Francia, Alemania,…) eran de aplicación imperativa. Como había que copiar de los que sabían… Fue la VeloSolex quien aceleró la tecnificación de los talleres de motocicletas. Los franceses de “Solex” tenían experiencia al respecto y esta fue “vendida”, junto con el ciclomotor, a la española “Orbea”
 
Despiece, con las Referencia de las piezas que componían la Bicicleta


Despiece, con la Referencia de las piezas que componían el Motor
 
Sugiero al lector avisado que estudie bien los despieces de la Bicicleta y el Motor, arriba expuestos, con el objeto de constatar la calidad y claridad de estas Fichas Técnicas. Es obvio que esto era algo novedoso en un taller de bicicletas de la época.
Aprovecho para informar de la cualificación técnica de mis queridos Cossío, Nisio y Nany. Estos tenían una buena formación mecánica, adquirida en su aprendizaje con otros mecánicos profesionales y estudiando los textos de la época. Tales textos los conocían casi de memoria, muy especialmente los “Manuales” de Automóviles y de Motocicletas del famoso Manuel Arias–Paz (Coronel de Ingenieros, Profesor y Director de la Escuela de Automovilismo del Ejército español). Así que, con este bagaje, el potencial del Garaje Cossío” permitió un rápido crecimiento del negocio, que se aceleró con la llegada de la VeloSolex y otros ciclomotores y motocicletas… ¿Les suenan?... Mobylette, Vespa, Lambretta,... Pero… ¡Ay, la Mobylette¡
 

Mobylette  Mod. 1949


Mobylettes G.A.C. años 60
 
No puedo olvidarme, en estas memorias, de mis competidoras. En este caso vayan mis gratos recuerdos para la Mobylette. Esta fue quien, allá por aquellos maravillosos 60, irrumpió y con mucha fuerza, en el mercado español de motocicletas de baja cilindrada y menor consumo.
La primera Mobylette fue ideada y construida, en 1949, por un francés llamado Charles Benoit. Este ingeniero era uno de los fundadores de la firma Motobecane –empresa francesa, fabricante de bicicletas y motocicletas– y constató la necesidad de ofrecer a los potenciales usuarios, en una Francia de posguerra, un ciclomotor, también económico, pero más potente que la ya popular VeloSolex. En España fue la firma GAC (Garate Anitua y Cía, de Eibar - Guipuzcoa) quien adquirió la licencia para su fabricación y comercialización. La Mobylette dejó de fabricarse en torno al año 2002… Otra víctima, como la VeloSolex más anteriormente, de la eclosión de los modernos ciclomotores de control electrónico, más silenciosos y menos contaminantes. Vaya desde aquí nuestro cariñoso recuerdo para la inolvidable Mobylette.
 

 
Pero volvamos, después de esta obligada licencia sentimental, a mi historia… Recordemos que ya estamos, bien iniciada la década de los 60, en un “Garaje Cossío” donde se venden y se reparan VeloSolex a esgalla. Desde muy de mañana hasta ya muy de tarde-noche, la actividad en el taller era de locura. El banco de pruebas no descansaba nada más que por la noche… Aún recuerdo haber dormido en el garaje, subido al Banco de Pruebas, varias noches del frío y húmedo invierno Corraliego, dado que Nany no había cumplido su compromiso ( algo que no era infrecuente en el atareado Nany ) de tenerme lista, para Don Gullermo, justo a tiempo. Bueno, queda disculpado… ya que mi dueño, mi querido Cura, jamás pagó un duro, ni una peseta, por las reparaciones donde Cossío realizadas… Ello era debido a que Don Guillermo les compensaba con otros importantes favores… ya hablaré de ello más adelante.
Como percibo a los aficionados “Ciclomoteros” pendientes de alguna información técnica relevante, les hablaré de los problemas y/o averías más frecuentes en las VeloSolex, aprovechando una pequeña anécdota…
Una tarde, de regreso a Los Corrales –después de una visita a Don Pedro, el cura Párroco de la vecina Ucieda (digo vecina, si pensamos en una línea recta que una ambos pueblos y que pase por Collado de Cieza)– mi tubo de escape comenzó a soltar pedorretas y pequeñas explosiones. Al cabo de unos minutos, mi motor se paró de forma definitiva. Ante esto ya estábamos bajando por Las Caldas (habíamos venido por el Alto de San Cipriano) Don Guillermo tuvo que seguir a pedales hasta el Garaje Cossío.
Cuando llegamos al taller, Nany, como siempre, estaba liado con alguno de los Motocarros de los Panaderos (Pilatti y Quico el Churrero) o de Bienvenido el Lechero. Esta función tan importante de mecánico de tales industriales, hacía que Nany priorizara a los anteriores respecto a la clientela no industrial. Ello era obvio ¿como iba él a dejar tirado al lechero, que debía repartir la leche por el Valle puntualmente todos los días, o a los panaderos? … Fue por ello que Nisio tuvo que “meterme mano”, y lo primero que preguntó al Cura fue:
–Don Guillermo ¿donde ha llenado Ud el depósito?
–Pues en Virgen de la Peña –respondió el sacerdote– ¿Por qué lo preguntas?
–Por la sencilla razón de que hay “mucho listo” que no cuida “la mezcla” –sentenció Nisio.
Sepa Ud atento lector, que era de sobra conocida entre el gremio de mecánicos de motocicletas, la capital importancia de la mezcla Gasolina-Aceite SAE 30 para el correcto funcionamiento de los Motores de Dos Tiempos. La pregunta de Nisio al cura, era pertinente: si le habían llenado el depósito con gasolina de mala calidad, con un aceite no especificado y además sin respetar la proporción estipulada por Solex… entonces era asaz fácil realizar el diagnóstico y la correspondiente reparación.
Mientras me reparaba el bueno de Nisio, este charlaba amigablemente con Don Guillermo en torno al problema que me afectaba y los pormenores de la reparación. Fue así como mi “Santo Cura” (notable ingeniero y científico, por otra parte, como en todo el Valle era sabido) se enteró de toda la problemática de los Motores de las VeloSolex,…
Aunque la reparación, en este caso concreto narrado, consistió en limpiar la bujía y ajustar sus electrodos, así como realizar una total limpieza del tubo de escape… paso a pormenorizar y clasificar de forma estructurada, para una mejor comprensión por parte de nuestros lectores, toda la información que Don Guillermo asimiló aquélla tarde…
Averías o Fallos más frecuentes, de fácil diagnóstico y reparación:
- En la Bujía, “Pelo o Perla” o Electrodos gastados. Causa: mala calidad de la mezcla
- Colector / Tubo de Escape, obstruidos por la “carbonilla” La causa, Idem que la anterior.
- Platinos chispeados o “perlados”. Causa: degradación natural de funcionamiento.
- Platinos desajustados o desreglados. Causa: consecuencia de la anterior.
Averías o Fallos menos frecuentes, pero de mayor importancia o complejidad:
- Bujías gastadas. Causa: desgaste normal de funcionamiento.
- Platinos deteriorados. Causa: idem que la anterior.
- Segmentos gastados. Causa: mala calidad de la mezcla (deficiente lubricación de la camisa de la Culata-Cárter del Cilindro) - Camisa y Pistón gripados. Causa: idem que la anterior, incorrecto engrase.
- “Membrana” de la Bomba de Gasolina deteriorada (perforada, gastada y/o “dada de sí”) Causas: Calidad o pureza de la mezcla, calidad de la membrana, suciedad en la mezcla, incorrectos montajes y desmontajes de la bomba…
- Desgaste del “Rodillo Motriz”. Causa: degradación normal por el uso. Este desgaste era parejo con el inferido sobre la cubierta de la rueda delantera del ciclomotor.
Por favor, ruego a los expertos mecánicos, que esto leen, que no se tomen lo anterior como una exhaustiva relación técnica de todas las averías (causas y efectos) de los motores de las VeloSolex, nada más lejos de mi propósito. Lo arriba listado son generalidades, captadas a vuela pluma… en las habituales charlas de Don Guillermo con los mecánicos del Garaje Cossío.


Rodillos Motrices desgastados


Rodillo Motriz nuevo
En los muchos ratos que pasé aparcada en un lateral del garaje o en la pared de la finca de enfrente, esperando me “metieran mano”, me dedicaba a la sana práctica de la observación. Era curioso, a la par que interesante, contemplar a los mecánicos realizando su tarea, al tiempo que mantenían las más variadas pláticas con los clientes.
Procede subrayar que, en aquéllos tiempos, los clientes no llegaban con sus máquinas ( Bicis, VeloSolex y Motos ), las dejaban indicando su problema y se marchaban ( para volver cuando les hubieran indicado que la reparación estaría cumplimentada )… No, no, no, el cliente se quedaba de palique hasta que le repararan su vehículo de dos ruedas (o de tres, en el caso de las Moto-Carro). Por tanto, el Garaje Cossío era uno de los más notables centros de reunión de los “Caballeros Mecánicos” de la época. Actualmente, ya sabe el querido lector, vas al establecimiento, te recibe un Receptor –quien realiza la toma de datos– y te da un documento para que regreses, a por la moto o auto, cuando ellos te indiquen… y ya no vuelves a ver a tu “máquina” hasta que vuelvas a recogerla ¡después de haber pagado la factura correspondiente! por supuesto. Así se funciona ahora. Entonces, en la Década Prodigiosa, era de otra manera, más… digamos… de amigable compadreo y cordial comunicación.
También me satisfacía sobremanera, desde mi citado puesto de observación, contemplar los diferentes modelos de ciclomotores y motocicletas que por el taller pasaban. En cierta ocasión me llamó la atención una VeloSolex francesa… A los pocos días me enteré que pertenecía a Tony, un genial y peculiar italiano… Este había emigrado a Francia y allí había conocido a una española de Los Corrales y juntos habían regresado a España e instalado, ya para siempre, en Los Corrales de Buelna. Mi querido Tony –dotado de notable encanto personal y especial carisma– de inmediato se integró en el ambiente “cosmopolita” del Garaje y allí estrechó lazos duraderos de amistad con todos los amigos moteros y, muy especiales, con Nany, Don Guillermo y el grupo musical que por aquél entonces hacía furor en la provincia: Los Boys, “The Boys” en la propaganda del grupo. Me viene a la memoria este recuerdo, dado que, recopilando datos para estas memorias, me he encontrado en Internet con esta VeloSolex ( foto bajo estas líneas ) que es, diría que idéntica (excepto en el casco sobre el sillín), a la que entonces tanto me agradó. Vaya con esta foto mi grato recuerdo para Tony, que aún luce encanto y figura por el Valle de Buelna, junto a su encantadora esposa.
 
  
Y así pasaban los primeros años de la década… Don Guillermo tocando el órgano en la Iglesia Parroquial de Los Corrales y colaborando con Don Miguel, el Párroco, en las tareas propias de la Parroquia, así como también dedicado a sus estudios y experimentos científicos –desde realizar películas animadas, para la chavalería, hasta diseñar complejos mecanismos e ingenios mecánicos para diferentes aplicaciones (el Belén anual mecanizado, en La Escuela de los Hnos de La Salle, por ejemplo)… Nisio trabajando, además de en el garaje en otras actividades fabriles, al objeto de mejorar los ingresos que le permitirían bien criar con así fue en efecto a su familia (excelente, por otra parte, tanto su esposa como los chavales)… Jesús Cossío progresando, pues había ingresado (como electro-mecánico) en la Fábrica de Nueva Montaña Quijano y además había adquirido un buen automóvil y una plaza de Taxi en el pueblo (demostrando excelente capacidad emprendedora, cualidad original de los de, como él, la zona de Tudanca)… Así que ya tenemos a Jesús Cossío hecho todo un próspero industrial y con tres actividades, pero que eran, a pesar de su entusiasmo y capacidad de trabajo, demasiados frentes a los que atender… Ello obligó a Jesús a pensar en que alguna de tales actividades, con pena naturalmente, debería abandonar. Bueno ¿y Nany?. A nuestro Nany le llegó la “Edad Militar”, esa edad que partía la vida de los jóvenes de entonces y, de alguna manera, los doctoraba ya como hombres (para poder fumar, decir palabrotas, trasnochar y “hacer cosas” con las chavalas del puebluco… que luego tendrían que contar en Confesión a mi Don Guillermo)…


Nany luciendo palmito, en la “Mili”
Así que Nany se nos marcha a la “Mili”. Y como no tenía enchufe, porque su padre no quiso, dado que deseaba que se fortaleciera como hombre fuera de “las faldas” de la madre… pues que le toca en el pertinente sorteo ¡ a Melilla, a África ¡… Lo cual no desagradó del todo al intrépido Severiano. Es pertinente indicar que su padre Julio Campuzano “El Cojo”( apelativo este por faltarle una pierna, perdida en Teruel en el contexto de la denominada “Batalla del Ebro” ) como militar en la reserva y héroe de guerra condecorado tenía “agarres” en el estamento militar y bien podría haberle “enchufado”… en algún destino cómodo en la provincia de Santander, pero bueno, eso es otra historia. Así que Nany acometió con entusiasmo su militar aventura… tomó el “petate”… pasó el estrecho… y se “domicilió” de “caqui” en Melilla.
Para Jesús Cossío fue una notable pérdida la marcha de Nany a África, pues tanto Niso como él se tenían que multiplicar para atender todas las demandas de los clientes. Mientras… al otro lado del Estrecho… nuestro Nany disfrutaba de su vida de milicia y digo disfrutaba, dado que le habían responsabilizado, como acreditado profesional que era, del Taller Mecánico de Automóviles en su Regimiento… Y desde Melilla no paraban de llegar cartas a casa de Jesús. Nany le solicitaba libros y documentación técnica sobre motores de explosión y combustión interna, así como de mecánica general del Automóvil… Así que nuestro Campuzano, mientas “militaba”, continuaba su formación…
En Los Corrales de Buelna pasaban los días, las semanas y los meses… Y el Garaje Cossío seguía, con su frenética actividad, atendiendo a su distinguida clientela. Digo distinguida puesto que por aquél entonces, disponer de una motocicleta en propiedad, aunque fuera una sencilla VeloSolex , era ya un signo externo de buena posición económica. Piense el lector que aunque España estaba saliendo con fuerza de la posguerra, bien cierto era que aún las economías familiares no gozaban de la prosperidad que alcanzarían en las décadas finales del Siglo XX.
 




La VeloSolex de infante en un cuadro de Cintia, una artista de Los Corrales

Deseo ahora explicar algo pendiente… Anteriormente indiqué que mi dueño, Don Guillermo, nunca pagó un duro por las múltiples reparaciones, revisiones y puestas a punto que en el garaje de Cossío me hicieron. Aprovecho este momento para exponer las razones que ello determinaron...
En aquéllos tiempos el acopio de recambios era una actividad no considerada estratégica en las empresas, todo lo contrario a lo que sucede hoy en la actualidad. Cada vez que era necesario un recambio, no existente en el garaje –dado que en el taller de Cossío solamente disponían de lo más común e imprescindible–, procedía desplazarse hasta Torrelavega o Santander, a las Agencias Oficiales de los fabricantes, y allí adquirir el necesario repuesto. Pero si no existía tal repuesto en las Agencias, se presentaban dos opciones: hacer un pedido directamente a la Fábrica, o bien se “buscaba uno la vida” para ver la manera de construir la pieza… Bien, pues es aquí donde intervenía mi querido “Cura”.
Don Guillermo disponía en su casa ( Casa Rectora, anexa al Colegio de los Hermanos de La Salle de Los Corrales de Buelna ) de un muy bien equipado taller mecánico. Este disponía de todo tipo de útiles y máquinas herramientas (tornos, fresas, taladros, mandrinadoras, …) pero con una característica muy especial: todas las máquinas habían sido diseñadas y construidas por él y estaban destinadas al mecanizado de pequeñas piezas de precisión. Dichas piezas estaban destinadas a la multitud de ingenios que el cura proyectaba (máquinas de cine, telescopios, motores para aeromodelos, sistemas de mando de los Belenes Navideños mecanizados, etc)
Así que, visto todo lo anterior, la inferencia es obvia: cuando en el Garaje Cossío se necesitaba con urgencia una determinada pieza ( restaurar o construir ) y era necesario “contratar” a un “fabricante” de emergencia ¿a quién recurrir? … pues claro, acertó Ud amigo lector, a casa de Don Guillermo. Nuestro cura siempre solucionó con presteza y eficacia todos los problemas de este tipo, que a nuestros mecánicos del Garaje Cossío se les presentaban. En tales circunstancias, pregunto ¿quién es el ingrato que osaría presentar una factura, a mi Don Guillermo, por la reparación de su VeloSolex?...
Y mientras al Garaje Cossío seguían llegando las motos y las VeloSolex de Infante el Sastre y del resto de clientes, nuestro Nany seguía en su “Mili” africana… Y Jesús seguía enviándole libros y documentación de Motos y Autos, a lo cual accedía de muy buen grado… dado que en su cabeza tenía una idea que ya fraguaba con firmeza. Y ¿cuál era el proyecto que Cossío alumbraba en su cerebro?… Vaya amigos, se me ha hecho tarde y alguien quiere “darme una vueltuca” por el pueblo… así que dejamos la respuesta para el próximo capítulo. Hasta entonces saludos cordiales y cuento con vuestro afecto, para seguir en los bellos recuerdos de nuestros inolvidables años 60… a bordo de esta VeloSolex que os los cuenta…


Libro de cabecera de Nany durante su Servicio Militar

CAPÍTULO SIGUIENTE

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