DIÁLOGO MANTENIDO POR EL ALCALDE ILDEFONSO CALDERON Y EL PREGONERO DE LA RONDA MARCERA
(Escrito por Juan José Crespo)
(La ronda marcera llega al ayuntamiento a las 21 horas. El balcón de la Casona estará vacío y a oscuras, dando la sensación de que el Alcalde no ha venido ha recibir a los marceros.)
PREGONERO.- Hasta aquí nos trajo el viento
sin atraso ni adelanto
mas, se ve el ayuntamiento
más triste que un camposanto.
La luz del balcón escasa,
temblores tiene el jumento,
con este recibimiento,
mejor irnos para casa
¿Será posible cuadrilla
que hoy no asome el regidor,
y no nos dé ni morcilla,
nuestro más fiel servidor?
***
Por fuerza será sordera,
pues, solía decir la abuela,
que gente de entendimiento,
educada en noble escuela,
en cuanto pilla la silla
de cualquier ayuntamiento,
necesita trompetilla
para las entendederas
***
Tenga a bien, maestro Castillo,
ordenar con grito fuerte,
que la autoridad despierte
y se asome al balconcillo.
CORO.- ¡Señor Alcalde,/ despierte, despierte,
que los de esta plaza/ venimos a verte!
(El alcalde se asoma al balcón)
ALCALDE.- ¡Otra protesta de obreros!
¿De qué empresa será el ERE?
PREGONERO.- Nosotros somos marceros
no el cólico miserere.
ALCALDE.- Presto soy, y bien dispuesto,
a escuchar tan noble gente,
pues, si me quedé traspuesto,
ahora estoy divinamente.
Dormido quedé, en efecto;
mientras se marchaba el Papa
que ha culminado una etapa
de peliagudo trayecto.
PREGONERO.- Para poder yo creer
que el Papa cruzó la línea,
o hubo transfusión sanguínea
o, sino, no pudo ser.
ALCALDE.- No seáis irreverente,
con quien merece alabanza,
pues a Papa sólo alcanza
el más santo entre la gente.
PREGONERO.- Perdóneme usted la chanza,
pretendí ser ocurrente.
Magnífica es su alabanza
para el devoto creyente.
ALCALDE.- De santo, poeta y loco
todos tenemos un poco.
PREGONERO.- Pues a mí, si me examina,
tela falsa y tela fina.
ALCALDE.- Voy a ver si me sereno,
que he terminado un programa
que mañana pasa al pleno
y hoy estoy viviendo el drama.
PREGONERO.- Relájese, amigo mío,
y navegue en su canoa,
saludando aloa, aloa,
mientras baja por el río.
ALCALDE.- Habrá otras generaciones,
si no arrojo la toalla,
que verán por el Besaya
más de un banco de salmones
Mas, no es de naturaleza
de lo que yo estaba hablando,
sino más bien meditando
sobre aciertos y certezas.
Por más que hago concesiones
y trabaje con ahínco,
quince me dan pescozones,
al ser diez de veinticinco.
Para ser nutricionista
me bastó la vocación,
la política es distinta
te juzga la oposición.
PREGONERO.- Atisbo por vuestro hablar
que nadáis contra corriente
y sería muy conveniente
que os dejaseis llevar
Agrade usted de mil modos,
eche las penas al aire,
que no habrá mejor desaire
que confundirlos a todos.
ALCALDE.- La política es sumar
uno más de la mitad.
Cuando esta premisa falla
hay que buscar el consenso
a base de entendimiento
y sabiendo dar la talla.
PREGONERO.- Para que el pueblo le quiera,
aspire a hacerse querer,
y así podrá recoger
el amor que mereciera
Ganarse a la oposición
no es fácil, es su adversario.
Gánese usted al vecindario,
con trabajo y corazón.
ALCALDE.- Yo que tengo buen humor,
me nacen malos humores,
si se arriman los dolores
usted será mi asesor.
PREGONERO.- Mejor se busca un doctor.
ALCALDE.- ¿Quién es usted? ¿Quién puede ser?
PREGONERO.- Uno que no dio en crecer.
ALCALDE.- No lo diréis por la lengua...
PREGONERO.- No se crea, a veces mengua
si vos la echáis a pacer.
ALCALDE.- ¿Habéis bebido en exceso?
PREGONERO.- ¿Cómo podéis pensar eso?
ALCALDE.- No se me ocurre otra cosa.
PREGONERO.- Sólo he bebido gaseosa.
ALCALDE.- ¿Y si os diera al momento
vino y alguna aceituna?
PREGONERO.- Yo me iré bebiendo el viento
y comiéndome la luna.
ALCALDE.- Este alcalde no censura
a quien bebe un vino añejo,
pues bebiendo con mesura
se llega mejor a viejo.
PREGONERO.- Y bebiendo con hartura
como nos luce el pellejo
ALCALDE.- La burra parece inquieta,
¿Es acaso primeriza?
PREGONERO.- Huele como una mofeta,
nos la trajimos de Suiza
ALCALDE.- Ante vosotros me inclino
porque venís sin careta.
PREGONERO.- La botella de buen vino
no precisa de etiqueta
ALCALDE.- La marza no es carnaval,
pues llagáis dando la cara
PREGONERO.- Si alguno se pone a mal
le enseñaremos la vara
ALCALDE.- ¡Qué hermoso es pedir cantando!
PREGONERO.- Es más rentable estafando
ALCALDE.- Se termina por ser preso
PREGONERO.- No estoy yo seguro de eso.
El que bien roba bien vive
y por siempre va de honrado,
pues todo queda olvidado
y sí no queda, prescribe.
ALCALDE.- Abunda mucha codicia,
negarlo sería torpeza,
pero tengo la certeza
de que existe la justicia.
PREGONERO.- Pues que de caca de perro
la calle tenemos llena,
haga usted cumplir la pena
metiéndole al dueño un puerro.
ALCALDE.-
Soy de su misma opinión:
tan repugnantes despojos,
que a uno le nublan los ojos,
merecen una sanción.
- Lo digo con enteraza:
quien incurra en desacato
y no recoja el “boniato”,
lo sufrirá con crudeza.
PREGONERO.- Sois tan noble y tan humano,
regidor de nuestra aldea,
que siempre que abrís la mano
va y nos toca la pedrea.
ALCALDE.- Cómo yo os lo diría,
sin lagrimas ni puñales,
mal está la economía
para todos los mortales:
La caja fuerte vacía,
no queda plata ni cobre,
pero al clarear el día
algo te daré en un sobre.
PREGONERO.- Sólo su agradecimiento,
que ayer ya nos dio Cagigas
un señor plato de ortigas
camino del parlamento.
Entre lo mucho y lo poco,
vos estáis en la mitad,
lo mismo que la virtud,
no será casualidad
No pediremos caudales
a quien no pone cadenas
ALCALDE.- Repartiré libertades
a manos llenas
¡VIVA LOS MARCEROS!
CORO.- ¡VIVA!
PREGONERO.- ¡VIVA EL ALCALDE!
CORO.- ¡VIVA!
PREGONERO.- ¡VIVA TORRELAVEGA!
CORO.- ¡VIVA!
PREGONERO.- ¡VIVA CANTABRIA!
CORO.- ¡VIVA!
(ESTE PREGÓN SE TERMINÓ EL DÍA 18 DE FEBRERO DE 2012 AUTOR: JUAN JOSÉ CRESPO)
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