miércoles, 2 de septiembre de 2015

LA TARTA

Es una tremenda mentira que el tiempo todo lo borra. O era de mala calidad la goma que luchaba por borrar los recuerdos, o mis sentimientos eran de buena pasta.
Mis padres, esos dos extraños que me abandonaron en el caserón familiar con mis tres tías cuando tenía tan solo seis años, intentaban firmar un pacto con mi presente y negociar mi futuro, ahora que tengo ya dieciocho años.
El invierno de mil novecientos ochenta y dos fue insoportable, por el frío, por esa guerra lejana, por las miles de muertes jóvenes e injustas. La primavera abrió las ilusiones y cubrió con flores las esperanzas. Aunque no a todos. Muchos regresaron a sus hogares con la mochila llena de miedos y cargados de rencores, entre ellos se encontraba mi novio, que regresó de la misión militar irreconocible.
Antes de marchar era un joven con alegría reposada o por lo menos a mi me lo pareció, creía en sus ideales y en la justicia. Ahora, era un guiñapo atrapado en la desesperanza y la soberbia. Hijo de los terratenientes del pueblo mis padres no me dejaron decidir, para ellos era importante emparentar con esa gente. Estaba en juego su futuro y no me dieron opción. Prepararon la boda con los padres de Roberto y éste se sintió forzado a casarse, no estaba preparado para salir del “armario” y pagó sus frustraciones conmigo. Poco le importó que yo no le quisiera, ni que se marchitara mi juventud a su lado, con tal de que el pueblo no se enterara de lo que todos consideraban una deshonra.
Reconozco que siempre hay un hilo que nos sujeta a la vida, y nos maneja como si fuéramos marionetas. En este caso era mi niño, que nació después de tres años de casados, y que para su padre pasó a ser un perfecto desconocido, todo de él le molestaba. Un querubín rubio que revolotea entre mis cosas, desparrama libros y papeles haciendo que mi infierno sea un cielo cuando lo miro, y me vea reflejada en las estrellas de sus ojos, y contemplo su carita de manzana, y le canto una nana, como hacía mi tía Carmen, aquella pobre que hubiera dado su vida por mi. “ Mi pequeño del alma, por ti robaré una estrella”que apretaré entre mis brazos y te la regalaré a ti …subiré a la luna, sin escalera, le robaré un beso para ti, siempre para ti … na, na, na….
Pero las penas vuelven, aunque las trates de enmascarar con silencios rotos y el alma vacía, y los golpes de los cobardes arremeten sin piedad, y te sientes débil y la tristeza se aposenta en ti, que te resignas… hasta que un día, te levantas, te haces fuerte y no quieres soportar mas ultrajes, ni más golpes ,ni más injurias, ni más prepotencias, y desempolvas aquella vieja receta que con tanta exactitud te enseñó a cocinar tu tía , aquella mujer que lo dio todo por ti y que en un momento de dolor, cuando descubrió que su novio de toda la vida la engañaba y la sortija era para otra, en vez de para ella, y quizá también quien sabe… para descargar su conciencia confesó algo tan íntimo e insistió, Eva “mi niña “ esto solo en caso de extrema necesidad.
Tarta de membrillos muy especial…decía la receta… Es la que más le gusta a Roberto…pensó…
El éxito de la receta depende de la exactitud con que midas los ingredientes y la seguridad de tus manos al cocinarla. Seguía aconsejando su tía Carmen…desde la distancia…
Preparar la masa con muchísima manteca, la materia grasa suaviza la harina y mata agradablemente cualquier sabor “extraño”. Preparar el dulce de membrillos, con mucha vainilla, con demasiada azúcar. Los sabores dulces son fundamentales para enviciar el paladar. La crema anaranjada debe deslizarse por el cucharón hasta el punto exacto, convertida en una miel pegajosa y perfumada. El horno termina el trabajo y desparrama por la casa los olores tentadores.
El cuchillo bien afilado partió los trozos de la tarta a la perfección, mi sonrisa hipócrita se instaló en mi cara invitadora, “Pruébala Roberto la he hecho para ti”
Imaginé el empujón dulce del almíbar hasta su estómago.
Imaginé como la masa se diluía como una caricia por su boca.
Imaginé cómo juntos, discurrían lentamente por las arterias, todos los ingredientes aliados para cumplir su cometido.
-- Por una vez en tu vida has hecho algo útil-- dijo despectivo mi verdugo—
Y yo, aguantando mi lengua contesté -- Sabía que te gustaría…y sonreí, sonreí, hasta que noté que unas lágrimas se deslizaban silenciosas por mis mejillas. El ya no pudo mirarme…

martes, 1 de septiembre de 2015

MARÍA

Veía deslizarse el agua por los cristales y cómo algunas gotas, desaparecían apenas se estrellaban contra el suelo, otras en cambio iban formando pequeños riachuelos que corrían presurosos por la cuesta en busca de formar su propio caudal. María había perdido interés por la vida. Ella tan activa hasta hace unos meses, ahora miraba con los ojos apagados y una desgana que se había instalado a partir de los últimos acontecimientos familiares.
Nunca se vio en una residencia, pensó que alguno de sus cinco hijos le daría cobijo, cuando su estado físico no le permitiera estar sola, pero…alegaron motivos de espacio, trabajo… distancia…y un largo etc.…que no hubiera querido nunca escuchar.
–No te abandonamos mamá, hemos elegido una residencia pensando lo mejor para ti, allí estarás muy bien atendida y entre gente de tu edad…podrás jugar a las cartas, al parchís y a tantas cosas…ya me gustaría a mi que todo me lo dieran hecho, tendrás el descanso que te mereces, ya verás como te alegras. Esos y más argumentos utilizó mi hija Carmen con su voz zalamera y persuasiva.
Al principio las visitas eran frecuentes, mis hijos, mis nietas…yo las esperaba con una sonrisa, -- si, estoy bien no os preocupéis me estoy adaptando…-- a cada respuesta mi corazón se encogía hasta hacerse pequeñito, deseando gritar todo lo contrario…hacerme un hueco a vuestro lado por favor, que yo sienta vuestro cariño…tengo miedo, no puedo dormir , tengo pesadillas…os he entregado mi vida entera…pero todo se quedaba en mi interior, según ellos para mi era lo mejor…no debía quejarme , que piensen que soy feliz…que no se enteren que estoy rota de dolor.
Las visitas empezaron a espaciarse, no me cogió de sorpresa, lo esperaba, me resigné, ¡qué remedio!…las horas pasan tan lentas…
Hoy estoy recluida en mi habitación recordando y desempolvando recuerdos, eso es lo que me queda. Siento el aleteo cercano de la muerte, no la temo…si, me asusta la enfermedad y el abandono de mis seres queridos. Fermín, creo que pronto me reuniré contigo…estoy cansada y sobre todo triste. Mis ojos miran el crucifijo que tengo en la cabecera de la cama, ¡Señor no me abandones! En ti confío.
Hoy es el entierro de María, unas lágrimas se deslizan por el rostro de sus seres queridos, quizá el dolor es más intenso porque tienen remordimientos de conciencia, se han quedado con ganas de decirle tantas cosas…ahora solo se lo podrán decir frente a una fría tumba de mármol en el cementerio. Pero ella como buena madre ya les habrá perdonado, ya descansa en el más allá y les hablará desde su corazón.
La tumba de María está cubierta de flores, y por alrededor han brotado unas florecillas blancas que nadie recuerda haber plantado, son un pequeño homenaje a una mujer buena.

HOY CUMPLO TREINTA Y CINCO AÑOS

Hoy cumplo treinta y cinco años…para algunas una suerte, para otras un coñazo…
Siempre he sido de ver la botella medio vacía…bueno no siempre, os contaré…
A los catorce y quince años era ja, ja, ja, ji, ji, ji, pero cuando el cabronazo de Ernesto me dejó a los dieciocho, mi carácter cambió totalmente. ¿Motivos? Que se lió con otra, y para más INRI con mi mejor amiga…la muy cerda…que llevaba acostándose con él casi un año…y no creáis que era más guapa que yo, ni más simpática ni más nada de nada…que todavía me da más rabia. Dicen que se enamoraron, los pobres… que no lo pudieron evitar…unos cabronazos los dos, porque a los seis meses se desenamoraron …y si, Ernesto quiso después volver,--dame otra oportunidad—me dijo—eres la mujer de mi vida,--serás cabrón, ¿me has engañado durante casi un año y quieres otra oportunidad? --Le contesté rabiosa,-- que te la de tu madre…--
A lo mejor hubiera funcionado porque parecía arrepentido, pero yo no lo podía olvidar. Mónica ya nunca volvió a ser mi amiga tampoco, para qué, si ya no me podía fiar de ninguno de los dos.
Entonces fue cuando el siquiatra me aconsejó que no pensara y saliera,`y tratara de conocer a otros chicos y bla, bla ,bla, porque lo que de verdad yo quería era formar una familia ,y tener hijos y todo eso, que cada vez lo veo más difícil… y cuando tengo críos cerca, me quedo mirándolos como alelada, y que cuando alguien de broma me dice…--Mari que se te va a pasar el arroz- me entra una mala leche…y se me inflama la vena de la frente, el que me conoce se calla por si le arreo un guantazo… será posible? ¿Tengo que explicar que con todos los tíos que me he acostado, no quieren compromisos y huyen de mí?
El otro día, “la Conchita” le dijo a mi madre con coña y sonrisitas.-- ¡Qué, ¿tu hija no engancha a nadie? Se va a quedar pa vestir santos… y mi madre que no se calla ni muerta, le contestó, -- mejor deja a mi hija en paz, y preocúpate más de lo que hace tu marido, que según tengo entendido, frecuenta lugares poco recomendables para un hombre casao…-- ¿qué tienes tu que decir de mi Juanito, que me venera como a una virgen? Pues alo mejor es por eso… dejó caer mi madre con ritintín…—menos mal que salía yo en ese momento y evité que se agarraran del moño, y es que no se aguantan…resulta que después, mi madre no calla de darme la matraca, que si las vecinas tienen razón, que si ya es hora de que siente la cabeza , que no me extraña que digan de ti que eres un putón verbenero, que si cada día amaneces en una cama distinta, que te da igual todo y bla, bla ,bla…y a mi se me inflama la vena de la frente otra vez y contesto desabrida—mejor que digan, pura envidia…
Tengo que reconocer que desde que lo dejé con Ernesto me he debido de acostar con…haber que haga cuentas…a uno por semana, aproximadamente, … hacen casi cincuenta al año por 17, ¡Que barbaridad salen un montón! Bueno alguno menos, porque a veces el “ligue” me ha durado más de un mes.
Y qué pasa ¿no hacen eso ellos? Así que porqué tienen que decir nada…hago lo que quiero y me apetece, total es un “polvo” que te relaja…
Anda que no se ponen pesados, algunos quieren seguir, pero dejando muy claro que sin compromisos, los muy cerdos… y así están las cosas, menos mal que me atiborro a pastillas para no quedar preñada sin esperarlo, porque para eso soy muy mirada, lo de los críos tienen que venir estando los dos de acuerdo, porque traer un hijo al mundo y que no tenga padre, y empezar ya a sufrir, como que no. Eso lo tengo muy claro.
¡Ay Señor! Que complicado es esto de la media naranja… y cada vez más, porque el que no está casao, está separao, y haber donde encuentro yo uno en condiciones…pues claro que tengo mala leche… como no la voy a tener… y para colmo en el trabajo me están puteando con las horas extras, que estoy harta de que no me las paguen…a la Puri sí que se las pagan y con réditos, claro como no le hace ascos a Don Genaro…que un día se le va a quedar en el sitio de un infarto, porque el pobre está para el arrastre, pero ella con tal de sacar “tajada”, ni se lo plantea. También son ganas, yo para eso soy muy especial, los viejos no me van…y son los que pagan desde luego… porque algunos de los míos no tienen ni un duro… si soy más tonta… Ahora con treinta y cinco voy a cambiar, de verdad, y voy a buscar alguno potable, no con el primero que te diga, en tu casa o en la mía…que una cosa es que yo quiera y otra muy distinta es que sean ellos los que te lleven al huerto…eso lo dice mi madre, no se a que huerto la llevaron a ella…
Un día se lo tengo que preguntar.
Hoy he recibido un ramo de flores, sí, me las he mandado yo misma, por aquello del qué dirán, y me he puesto en la tarjeta una dedicatoria muy bonita, como si fuera de un admirador, hay que ser gilipollas… mi madre se lo ha contado a todas las vecinas toda contenta, y se lo ha creído, la pobre. Ella tampoco ha tenido suerte en la vida, mi padre se largó a comprar puros y aún le estamos esperando, de eso hace ya 30 años, igual hasta se ha muerto, yo solo recuerdo el tufo del tabaco y el alcohol, siempre gritando y avinagrado, protestando por todo, y a veces hasta se le escapaba la mano… mejor lejos.
Mi madre hace mucho que ni habla de él, tampoco me ha querido dar un padrastro, me ha criado ella sola sin ayuda de nadie, y aunque solo sea por eso tengo que sentar la cabeza y darle alguna alegría. Yo se que un nieto la haría feliz, pero siempre que fuera dentro del matrimonio claro, tengo que repasar mis contactos y ser un poco más cariñosa con los que se me acercan, porque aparte de la cama y mi mala leche, no les aporto nada más…
Ayer he conocido a Pascual, parece buen chico, y eso es importante, no es guapo, ni alto, ni cachas…, es un poco del montón, ni feo de asustar ni guapo de entusiasmar, pero tiene algo en la mirada que me gusta, y además educado, y me ha hablado con respeto cuando nos han presentado en el trabajo. Me he ofrecido a enseñarle Madrid y hemos quedado para el sábado, está bastante desorientado…viene de un pueblo… creo que se llama Cervijón o algo parecido…no se me quedan mucho los nombres… ya os contaré…
Estoy más contenta… hacía tiempo que no me encontraba así…pues salgo con Pascual… es un cielo…y me dice cosas más bonitas…y ya no se me inflama la vena de la frente…que eso es muy raro. Salimos todas las tardes, no, aún no nos hemos acostado juntos… queremos ir despacio. Si, claro que nos besamos, y los besos tienen un sabor especial… y bailamos mirándonos a los ojos, por cierto, los tiene marrones, del montón pero tan cálidos y dulces…
Ya llevamos saliendo seis meses y estamos muy contentos juntos. Hasta tal punto que estamos planteándonos casarnos. Pascual tiene 38 años y quiere ser padre. Y estoy segura que he tenido suerte al encontrármelo en esta etapa de mi vida. No tiene padres, solo un hermano casado y con dos niños. Ya sabe todo lo mío…al principio me daba miedo contárselo, no sabía cual iba a ser su reacción pero pensé, mejor ser sincera y que él decida. Y decidió…continuar, y yo cada día le quiero más… y más…
¡Que curioso! ¡Podéis creer que hasta me ha cambiado el carácter? Ahora me río por cualquier cosa… no me afecta el qué dirán…no me enfado…ni se me inflama la dichosa vena de la frente…y hasta dicen que estoy más guapa…y con mi Pascual sí que soy cariñosa, y él se emociona, y me achucha…, el pobre también sufrió de amores cuando ere un crío, pero dice que a mi lado lo ha superado. Y mi madre… no se lo cree, dice que Pascual es ya como un hijo para ella, y que no le suelte, que no voy a encontrar a otro como él. Bueno y que ya tenemos piso, y lo estamos amueblando con mucha ilusión. Y que me siento como una quinceañera, como si Pascual fuera el primer hombre que he conocido…y de verdad, de verdad, que los demás están totalmente olvidados. Esta es mi nueva vida y solo tiene cabida en ella mi Pascual…y los niños si vienen claro. Y que soy feliz…feliz…como una perdiz.´